miércoles, 29 de diciembre de 2010

idzo

Este es un texto escrito por una chica risueña, cualquier pensamiento impuro está fuera de toda razón.

HIGHER POWER

Julia se acerca a Hugo y mira por encima de su hombro lo que está grabando sobre el papel. Muy concentrado. En el folio hay tres garabatos incomprensibles de rasgos finísimos. 

-Es un boceto- dice Hugo sin girarse porque sabe que Julia está detrás sin sujetador. 
-¿Un boceto de qué? 
-No lo sé, me entran unas ganas impresionantes de dibujar cuando tú estás delante, pero puede que algún día lo convierta en una obra de arte. 

Hugo está notando como le sube el calor, porque se está poniendo rojo. Imagina el escenario que tiene detrás, pero no se gira, porque su timidez no se lo permite. Aunque piensa que a Julia no le importaría. De su boca sale una exposición bellísima y elocuente sobre qué es arte y qué no y porque sus dibujos podrían serlo. El discurso conquista a Julia por la fuerza que ejerce sobre ella un razonamiento bien estructurado. Hugo sólo está pensando en los diez minutos que hace que ella ha entrado en su casa para cambiarse de ropa porque la lluvia, a pesar de llevar paraguas, le ha calado hasta los huesos y en la soltura que tiene la chica al desnudarse delante de él. No como provocación. Su desnudo no encierra dobleces, es un gesto sencillo y natural. Es un milagro que hilvane las ideas tan bien. 

-Muchas gracias por todo. Tengo que irme. - le besa en la mejilla, recoge sus cosas y se va. 







Hugo se queda dibujando su universo simbólico incomprensible hasta que se da cuenta de que se le ha olvidado el paraguas. Siente lástima por ella. Le gustaría buscarla para devolvérselo, pero no sabe donde encontrarla. Le da mucha pena imaginársela debajo de la lluvia, como la ha imaginado antes. Se queda con el paraguas en su casa con la certeza de que ella volverá a buscarlo y sigue dibujando. Pero eso no le deja más tranquilo. No puede quitarse la imagen turbulenta de la cabeza, y ahora tampoco del papel.

Julia ha entrado sin llamar, porque la puerta estaba abierta y está otra vez al lado de Hugo. 

-Te has olvidado el paraguas- dice Hugo, aunque parece obvio. 
-¿Sí?

Hugo asiente sin mirarle a los ojos. 

-¿Cómo has podido salir a la calle sin paraguas? ¿No te has dado cuenta de que llovía?
-Yo no sabía que me había olvidado el paraguas. Además, hace horas que ya no llueve. ¿No te has dado cuenta?

Hugo se acerca a la ventana y comprueba que no llueve y que el suelo está seco.

-¿Entonces a qué has venido?
-A por mis zapatos. 

Hugo se agacha y mira debajo de una silla de su habitación. Allí están los zapatos de Julia. Luego, le mira los pies. Descalzos. Le gustan. Son bonitos, finos, blanquísimos y pequeños, pero no llevan pintura. Siempre había imaginado que las uñas de Julia llevarían esmalte de algún color llamativo, que evidenciase la presencia de ella en el mundo. Mientras piensa en esto se le ocurre una idea espontánea e imprevista. 

-¿Puedo pintarte las uñas?
-¿Para qué?
-Para dibujarte. Mira -se levanta con prisas y saca de una carpeta unos cuantos dibujos para enseñárselos a la chica.- casi toda mi obra se está centrando en ti. ¿Lo ves? Esto es un paraguas, esto es la escena de antes que no he visto, pero que me he imaginado... 
-Soy yo cambiándome de ropa. 
-Sí. Ya no dibujo garabatos incomprensibles. Mis dibujos se están concretando- dice perturbado Hugo- por eso puedo dibujarte los pies, y todo lo que tú quieras. 

Hugo se levanta y va a buscar un pinta-uñas rojo que con cada pincelada da una emoción más a su, hasta ahora, monótona vida. Hugo da color a las uñas de Julia del mismo modo que la joven ha coloreado su existencia. 

-Una pregunta -dice Hugo, porque lleva mucho rato dándole vueltas.- ¿Cómo no te has dado cuenta de que salías de aquí sin zapatos? 

-Tenía ganas de volver.


                                                                                    escrito por    Nu...  

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